Pastoral 17 de Septiembre - Ap. Alberto Magno Sales de Oliveira
¡Shaná Tová Umetuka!
¡Con la puesta del sol del pasado viernes, 15 de septiembre, comenzamos Rosh Hashana, el Año Nuevo Judío! El saludo que se hizo oír en los cuatro cantos de la Tierra, donde todavía están esparcidos judíos, fue: ¡Shaná Tová Umetuká! Es decir: ¡Que tengas un Año Bueno y Dulce!
Ha empezado el año 5784, según el conteo judío, y nos acercamos cada vez más a cumplimiento de la agenda de Dios para la humanidad.
Uno de los preceptos más importantes de esta Celebración es escuchar el sonido del Shofar, porque corresponde a la Fiesta de las Trompetas que da inicio a la última temporada de las fiestas del Señor.
La Fiesta de las Trompetas es un anuncio profético de la Segunda Venida de nuestro Señor Jesús, que vendrá para establecer Su Tabernáculo con los hombres, según vemos en Apocalipsis 21:1-8. Esta Fiesta es un Shabbat del Señor. Y ya aprendimos que para nosotros el Shabbat no es apenas guardar el séptimo día de la semana o no hacer nada en un determinado día de la semana. Shabbat significa un tiempo separado de todo lo que llamamos “secular” para estar en intimidad con el Señor, “penetrando” en el Todopoderoso a través de la alabanza y adoración, estudio de la Palabra, ayunos, llanto y humillación en el altar de Dios.
En esta Fiesta somos llamados a escuchar el sonido del Shofar (Trompeta), pero sobretodo necesitamos entender que el Eterno nos hizo a cada uno de nosotros Su particular Shofar o Trompeta. El sonido de la intervención divina para este nuevo tiempo necesita ser tocada a través de nuestras vidas en todo el tiempo y en todo lugar. Si el Shofar se hizo oír el día de ayer en todas partes del mundo, nosotros somos la Trompeta de Dios para nuestras familias, vecinos y amigos, y somos desafiados a reproducir la voz de Dios aquí en la Tierra.
Nuestro Padre Celestial desea que, llenos de Poder, salgamos por todos los lugares, “…en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra…” anunciando Su Poder y Su Gloria, como verdaderos testigos de Su Obra en nosotros (Hechos 1:8). Por eso, la Fiesta de las Trompetas tiene un significado precioso en nuestras vidas. Cuando estudiamos las profecías de Ezequiel, vemos en el capítulo 33 que el Señor levanta “atalayas” – y los atalayas somos nosotros. Un atalaya necesita tocar la trompeta, o el Shofar, como está escrito en el texto original.
El Señor demandará del atalaya que no toque la Trompeta. El Señor demandará de nosotros, si no vivemos tocando la trompeta, es decir, si nuestra vida no es un anuncio del Poder de Dios en medio de nuestra generación. Por lo tanto, nosotros, llenos del Espíritu Santo, necesitamos tener un patrón de vida que deje registrada en la mente y en el corazón de todos los que pasen alrededor nuestro, una marca distintiva: la marca del Poder y del Fuego de Dios. Un creyente de verdad será conocido por el Poder que se manifiesta a través de los hechos, palabras y decisiones, que suenan en los oídos de cualquiera como una Trompeta muy bien tocada.
El anuncio de la Fiesta de los Tabernáculos o del Descanso de Dios para los hombres, comienza con el Shofar tocado por nuestra propia vida. Tenemos que ser un referente para todos, como una plomada que establece el patrón de Dios para los hombres. Es por eso que el Señor nuestro Dios nos invita a que dejemos a un lado nuestras actividades rutinarias y terrenales, para que nos ocupemos en este día precioso del Shofar de Dios, de la Trompeta de Dios.
No fue para encerrarnos en nuestras casas en el Shabbat, mas fue para que separáramos un tiempo con Dios, conduciéndonos en intimidad en la Presencia del Señor, firmados en la Sangre de Jesucristo sobre nosotros, en el Poder del Espíritu Santo, entrando en Sus Atrios con loor y gratitud (Salmo 100:4). Estamos aprendiendo que necesitamos parar delante del Señor y vivir descansados en Él. Si algunos quieren separar el sábado literalmente, habrá valor en eso por el descanso físico y por la comunión con la familia en un día bendecido. No podemos criticar o rechazar tal postura. Habrá valor por la iniciativa personal de búsqueda del Señor. Pero es mucho importante recordar siempre que habrá un valor superior, eterno, poderoso, celestial, si entramos en el Shabbat – en Yeshúa – profetizando sobre nosotros y sobre todos los que nos rodean, con una vida establecida en la Palabra.
¡Feliz y Dulce Año 5784 para todos! ¡Shaná Tová Umetuká!
En el Amor del Señor y en la Lucha por el Reino, Alberto Magno y Gladys de Sales, sus pastores.