Pastoral 16 de Marzo - Ap. Alberto Magno Sales de Oliveira
¡Palabras de un misionero norteamericano que estuvo en China antes de la pandemia del coronavirus!
Yo entré y, cuando enseñas en China, enseñas a las 8:00 am hasta las 5:00 pm. Enseñas todo el día.
Los 22 estaban sentados allí y miré alrededor y dije: ‘Si fuéramos atrapados que pasaría conmigo?’. Ellos dijeron: ‘Ok, te deportan en 24 horas y nosotros vamos a prisión por tres años.»
Yo les dije: ‘¿Están bromeando? ¿Cuántos han estado en prisión por su fe?’ De los 22 presentes, 18 levantaron las manos. Y les dije: ‘No puede ser!’
Yo los miré y dije: ‘Ustedes 22, ¿a cuántas personas ustedes supervisan?’ Porque son líderes de grupos pequeños. Líderes de iglesias clandestinas en Hunan. Dije: ‘¿A cuántas personas supervisan? Contándolos a todos, ¿cuántos serían?’ Empezaron a contar en un mapa y dijeron: ‘Un poquito más de 20 millones.’ Yo les dije: ‘¿Qué?’ ¿Ven? Se nos olvida que hay 1.3 billones de personas en China. ¡Esto es una locura!
Bueno, yo tenía 15 Biblias, así que las pasé. Obviamente 7 de ellos no consiguieron. Les dije vamos a 2 Pedro 1 y vamos a leer. Entonces una dama le pasó su Biblia a alguien al lado de ella. Entonces, yo pensé: ‘¡Hummm, interesante!’ Bueno, empezamos a leer y entendí por qué ella había pasado su Biblia. Ella había memorizado todo el texto. Ella simplemente recitó el capítulo completo.
Cuando terminé, me le acerqué en el receso y le dije: ‘Recitaste todo el capítulo.’ Ella me dijo: ‘Oh sí, he memorizado muchos capítulos.’ Le dije: ‘¿Dónde memorizaste tantos capítulos?’ Ella me dijo: ‘Estando en prisión’. Luego me dijo: ‘Tienes mucho tiempo en prisión.’ Así que le dije: ‘Pero, ¿no les confiscan las Biblias?’ Y me dijo: ‘Sí, así que la gente trae la Biblia escrita en pedazos de papel y, así la introducen.’ Y le dije: ‘Pero si les encuentran ese pedazo de papel, ¿no lo confiscan?’ Y me dijo: ‘Oh sí. Por eso te lo memorizas tan rápido como puede, porque, aunque te quiten el papel, no pueden quitarte lo que memorizas.’ Dije entonces: ‘¡Uau!’
Bueno, después de tres días te enamoras de estas personas.
Y cuando habíamos terminado, les dije: ‘Quisiera orar por ustedes. Voy a regresar a América. Ustedes han sido tan maravillosos y quisiera orar por ustedes.’ Entonces me dijeron: ‘Sabes, ustedes se pueden reunir cuando quieren en América, nosotros no podemos. ¿Podrías orar para que un día podamos hacerlo, así como ustedes?’ Entonces, los miré y dije: ‘¡No haré eso!’ Grandes e incrédulos ojos me miraron y me dijeron: ‘¿Por qué?’
Entonces les dije: ‘Porque ustedes viajaron en tren por 13 horas para llegar aquí. En mi país, si tienes que conducir por más de una hora, la gente no viene. Ustedes se sentaron en un piso de madera por tres días. En mi país, si la gente tiene que sentarse por más de 40 minutos, la gente se va. Ustedes no solo se sentaron aquí por tres días en un piso duro de madera, sino que lo hicieron sin aire acondicionado. En mi país, si no hay bancos acolchonados ni aire acondicionado, la gente a menudo no regresa. En mi país, tenemos un promedio de dos Biblias por familia. No leemos ninguna.
Ustedes difícilmente tienen una Biblia y la memorizan en pedazos de papel.
Yo no oraré para que ustedes sean como nosotros, pero oraré para que nosotros seamos como ustedes.”
Me parece que sobran los comentarios…
Talvez debamos reflexionar todos sobre el lugar de cada uno de nosotros en el Reino de Dios. Principalmente todos los Líderes de Célula. Estamos a las puertas de nuestro XXII Congreso Internacional de la Visión Celular en el Modelo de los Doce y seremos grandemente confrontados sobre nuestra responsabilidad como cristianos en nuestra ciudad y nación tan necesitadas del toque del Amor y del Poder de Jesucristo.
Hemos superado muchos obstáculos como Iglesia del Señor y en estos 77 años que nos permite el Señor esta existencia eclesiástica, debemos agradecer grandemente a nuestro Dios las posibilidades y facilidades que tenemos alrededor nuestro para seguir creciendo en la gracia y en el conocimiento de Dios.
Mientras tenemos Biblias de todos los tamaños, versiones, colores, formatos e idiomas posibles, nos perdemos el tiempo con distracciones que no aprovechan para nada y nos conducen a una pobreza espiritual asustadora delante de tantas bendiciones que hemos recibido del Señor.
Son demasiados privilegios que desperdiciamos en nuestra generación y en nuestra Nación y sabemos que el Todopoderoso Señor de nuestras vidas demandará de cada uno lo que estamos haciendo con ellos.
En el Amor del Señor y en la Lucha por el Reino,
Alberto Magno y Gladys de Sales, sus pastores.