Pastoral 04 de Febrero - Ap. Alberto Magno Sales de Oliveira
¡Repensando Nuestros Sueños!
Soñar…
A principio de año solemos tener buenos propósitos, y a veces también nos gusta soñar. Nos gustaría ver:
- Una tierra sin violencia ni guerra.
- Un planeta menos contaminado
- Una vida sin sobresaltos
- No más niños llorando, humillados o en la calle
- No más injusticias, no más pobreza por doquiera
- No más fanatismos, no más genocidios
- Un cónyuge e hijos equilibrados
- Un hogar feliz
- Un cuerpo que no envejezca, que no muera
¡Deseos que quedan sin solución humana!
Pero hoy Dios ofrece algo mejor. Quiere responder a lo que sabe que es esencial para nuestra felicidad. Envió a Su Hijo Unigénito a la Tierra para darnos:
- Perdón por todos nuestros pecados
- Gracia por nuestros errores
- Esperanza ante la muerte, la seguridad de vida eterna
- Dirección y luz para guiar nuestras vidas
- Fuerza en las dificultades
- Valor en tiempos difíciles
- Paz en el sufrimiento
- Respuesta a nuestras preguntas existenciales
- La felicidad por encima de todo…
¡Sencillamente una vida abundante y eterna!
Y todo esto nos es posible solamente cuando tomamos en serio la enseñanza del Maestro y Señor de nuestras vidas: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. (Mateo 6:33). Es que si Dios no es primero en nuestras vidas tampoco será segundo o tercero. Hemos de priorizarlo en todo nuestro vivir.
Ya se ha ido el primer mes de este 2024 y no podemos desperdiciar este tiempo de gracia y bendición que Dios nos da para que Lo conozcamos más y mejor y, así, poder disfrutar de una íntima relación con Él, el Autor y Consumador de nuestra fe, nuestro Amo y Señor.
Avancemos en este segundo mes del año con la firme convicción de que Él tiene lo mejor para dar a cada uno de Sus hijos y que podamos vivir con intensidad la Nueva Vida que tenemos en Cristo Jesús.
(Transcrito, adaptado y ampliado de La Buena Semilla – 2024, 01 de enero)
En el Amor del Señor y en la Lucha por el Reino, Alberto Magno y Gladys de Sales, sus pastores.