Pastoral 03 de Septiembre - Ap. Alberto Magno Sales de Oliveira
¡Escalones del Descenso Espiritual!
Este indicador fue diseñado con el intuito e servir de barómetro espiritual, para auxiliar en la previsión de sectores de necesidad espiritual en nuestras vidas. Un sector debe inspirar cuidados –
- Cuando la hora de oración particular se abrevia y se hace irregular. Otras ocupaciones parecen hacerse más importantes y, poco a poco, van tomando el tiempo antes reservado para el Encuentro con Dios. “¿Se olvida la virgen de su atavío o la desposada de sus galas? Pero mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerables días.” (Jeremías 2:32).
- Cuando la lectura de la Biblia va siendo sustituida poco a poco por la lectura de libros sobre la Biblia. Observación: Nada hay de malo en estos libros a no ser que quitan el lugar de la Biblia.
- Cuando la oración verdaderamente empeñada en los intereses de la gloria de Dios pasa a dedicarse a peticiones abocadas a los intereses propios.
- Cuando disminuye la intensidad del celo por las almas perdidas y el testimonio se hace más difícil o llega a cesar.
- Cuando el cuidado y celo activo por la causa del evangelismo y misiones cede lugar a otros intereses.
- Cuando la verdadera comunión fraternal y la participación mutua de las bendiciones espirituales se va transformando en sociabilidad alrededor de otras cosas, que no la Persona de Cristo, Su Palabra y Su Obra.
- Cuando el andar por fe se cambia por el andar por vista.
- Cuando los frutos de la antigua vida, tales como la falta de amor, falta de consideración, crítica, celos, orgullo, egoísmo, odio, etc., vuelven poco a poco y van quitando el lugar del Fruto del Espíritu.
- Cuando encontramos dificultad en convivir con otras personas, principalmente aquellas con quienes vivimos o trabajamos. Desencuentros personales y nerviosismo derrocan el espíritu de amor y de comprensión.
- Cuando el pecado se va haciendo menos pecaminoso para nosotros, de tal modo que lo disculpamos o justificamos en nuestras vidas.
El descenso general ocurre sutil y gradualmente; cosas espirituales van siendo sustituidas por las menos espirituales o mismo por las carnales. Nuestro sentido de una vida plena y satisfactoria se va haciendo dependiente de cosas y de personas en vez de depender exclusivamente del Señor.
¿De qué modo nos ayudaría la comunión con el Señor en la oración particular, en lo tocante a cada uno de estos problemas citados?
Dijo Isaac Watts: “Se puede describir la santidad por cinco ingredientes indispensables:
- Aversión y odio a toda iniquidad;
- Desprecio del mundo presente en detrimento al mundo futuro;
- Placer intenso en el Culto y en la compañía de Dios;
- Celo y actividad en el servicio de Dios;
- Amor cordial hacia nuestro semejante, y principalmente a los hermanos en la fe”.
Demorémonos en la Presencia del Señor en los sectores de necesidad espiritual. Él nos hará vencedores y nos hará andar nuevamente en el camino de la victoria.
En el Amor del Señor y en la Lucha por el Reino, Alberto Magno y Gladys de Sales, sus pastores.